Entrevista a Albert Segarra – Socio y Consejero Delegado de SURIS, SL

16 de marzo de 2022 0
Entrevista a Albert Segarra – Socio y Consejero Delegado de SURIS, SL

Hablamos con Suris, una empresa familiar que nació en 1918 en Barcelona y ahora, tras más de 100 años de historia, reconvertida en una gran empresa, es líder en la oferta de servicios integrales del sector de las instalaciones y con presencia internacional.  ¿Cómo ha sido el proceso de expansión de Suris?

La compañía nace, como muchas otras, como una empresa familiar hasta que, en el año 1985/86, mi socio Ramón Gas y yo, que en ese momento éramos meros empleados, decidimos adquirirla y tirar adelante con ella sin el respaldo de la familia Suris.

A día de hoy, contamos con una plantilla de unos 240 empleados en plantilla, casi el 90 % de ellos fijos, y con una media de 7 años y medio en la empresa. Además, tenemos un porcentaje muy importante de mujeres, en torno al 25/28 %, que es muy interesante para un sector en el que estas no son tan numerosas.

¿Cuáles son vuestras expectativas para el corto-medio plazo?

El actual 2021 se va a cerrar como un buen año y las perspectivas para los siguientes también son positivas, y creemos que esto va a ser la tendencia, con un mayor volumen de negocio. Barcelona, donde concentramos gran parte de nuestro volumen de negocio, se está desarrollando mucho, con grandes obras de construcción en 22@, mucho crecimiento en el sector de la eficiencia energética, y un largo etcétera.

¿Cuál considera que es la clave para consolidar vuestro liderazgo en el sector?

Cuando se habla de consolidar el liderazgo se suele tender a hablar de expansión o crecimiento, pero nosotros somos una empresa que nos sumergimos, por ejemplo, en un proceso de internacionalización más por obligación que por devoción. Este tipo de expansión necesita de un gran esfuerzo económico y humano, y las empresas con un tamaño como el nuestro no suelen lanzarse a estas aventuras.

Por eso, ahora estamos más centrados en una Catalunya donde tenemos un 90 % de nuestro negocio, aunque contamos con otra delegación en Baleares y, cuando trabajamos fuera, lo que hacemos es buscar una alianza con una empresa local y así llegar a cualquier punto del país.

Cuando llevamos a cabo proyectos fuera de España es porque un cliente nuestro tiene un proyecto ahí y lo que hacemos es salir, hacer el trabajo, como hemos hecho en las Islas Vírgenes, Marruecos o México, pero no siempre posicionarnos en ese territorio. Ha habido casos, como en Chile o en Marruecos, donde sí que nos hemos posicionado, pero no es algo que hagamos en todos los países en los que hemos realizado algún proyecto.

De lo que estamos orgullosos es de que siempre hemos dejado una buena huella allí donde hemos trabajado, hemos hecho amigos por el camino y quizás, cuando sale un proyecto y ellos consideran que es bueno hacerlo con nosotros, nos llamarán, regresaremos encantados y haremos el mejor trabajo posible.

Indudablemente, el Covid19 ha supuesto un azote para muchos sectores, provocando en muchos casos una paralización total de la actividad. En el sector de las instalaciones para la industria y la edificación, ¿cómo se está viviendo el proceso de desescalada? ¿Se podrán recuperar los niveles de producción previos a la pandemia a medio plazo?

Nosotros, cuando empezó la pandemia, revisamos nuestro presupuesto para el año y lo hicimos a la baja, evidentemente, porque teníamos una gran incertidumbre sobre lo que podría pasar, como todo el mundo. Por suerte, cuando empezó la desescalada, la plantilla, la empresa, los cliente y proveedores… todo el mundo hizo un gran esfuerzo durante esos meses, y se acabó trabajando tanto que cerramos el año con un budget superior incluso al que proyectamos antes de esta revisión que hicimos cuando comenzó la pandemia.

En este aspecto, la verdad es que la obra del Hospital COVID de Bellvitge fue un gran empujón, puesto que era una obra con la que no contábamos a principios de año y que desarrollamos al completo durante ese 2020.

Este es un proyecto del que nos sentimos muy orgullosos, tanto por su importancia a nivel social, como por ser una obra que se ejecutó en menos de 120 días, algo impensable al comienzo de la misma, pero que fue un reto personal que nos marcamos junto a Copisa y que conseguimos: terminando la obra en apenas 109 días y recibiendo las felicitaciones de todos los actores involucrados.

Además, creo que ha sentado un gran precedente de cómo se han de realizar este tipo de instalaciones en el futuro, con una colaboración estrecha entre empresas, con todo el sistema en BIM, y hablando con el cliente, que es quien va a hacer uso de esa instalación a lo largo de todo el proceso.

Durante las últimas semanas, el precio de la electricidad y de los combustibles fósiles se están disparando a una velocidad que no se veía desde hace tiempo. ¿Cómo está afectando a la ejecución de los proyectos?

A nosotros, el precio de los combustibles fósiles solo nos afecta en lo que a nuestra flota de vehículos se refiere, dado que esta está conformada, en su mayoría, por híbridos de gas, y algún vehículo de combustión interna de gasolina.

En lo referente al precio de la electricidad, en Suris somos socios de la incineradora de Mataró, y esto ha hecho que estado muchos años pagando una factura eléctrica muy alta, que muchas veces no cubría costos, y hemos llegado incluso a vernos obligados a parar alguna de las turbinas para no perder dinero. Ahora, sin embargo, creo que nos estamos beneficiando de esta alianza.

Además de esta escalada en los precios de los combustibles fósiles y de la electricidad, desde hace unos meses también estamos experimentando una crisis de materias primas y de transporte que está afectando a todos los sectores, en algunos causando problemas de abastecimiento y, en general, provocando una gran inflación ¿cómo se está viviendo esto en el sector del material eléctrico en particular, y en la distribución en general, y qué medidas se están tomando para paliarlo?

El tema de la escasez de materias primas básicas a nosotros nos afecta mucho porque, por ejemplo, para la realización de una obra ha subido el precio del hierro, en el cobre, en el revestimiento de polietileno, etc. y también está encareciendo productos derivados como pueden ser las maquinarias de climatización.

Para nosotros es un gran problema, porque tenemos ofertas ya adjudicadas desde hace meses, tanto en el sector público como el privado, que tienen el contrato cerrado pero la obra sigue abierta, y con los proveedores y fabricantes subiendo los precios de los materiales y los productos, nos encontramos en una situación francamente comprometida.

Nos estamos encontrando con incrementos del 20 y hasta el 30 % de los precios en algunos casos, y los clientes, que aprobaron el contrato hace seis meses, cuando la situación era muy distinta, miran hacia otro lado.

¿Cómo estáis afrontando esta situación desde Suris, qué medidas estáis tomando para, en medida de lo posible, capear el temporal?

De momento, estamos optando por hacer cupos de compras, intentando atar precios con la máxima antelación posible, pero el problema es que también hay un problema de suministros, y equipos que antes te tardaban en llegad dos meses, ahora tardan cuatro. O puede pasar que cuando queda una semana para la entrega, te digan que tienes que esperar otras dos semanas.

Eso es un doble problema porque, por un lado, no cuentas con el equipo y pierdes esa facturación y, por otro, se amplía el plazo de ejecución de la obra, y con él también lo hacen los gastos de producción, aumentan quejas de los clientes, etc.

Y es que no es culpa de nadie, entiendes que el distribuidor está atado de pies y manos, que está haciendo esfuerzos enromes por procurarte una solución: buscando equipos en otras sedes, por ejemplo; y, desde aquí, tienen todo mi reconocimiento… y también pésame porque tenemos el mismo problema.

¿Qué consecuencias cree que tendrá esto al corto/medio plazo?

A corto plazo ocurre que tienes proyectos ya adjudicados y tienes plazos hasta que puedes entrar a la obra, con lo que según qué tipos de materiales no puedes anticiparte a pedirlos y, cuando vas a comprar según qué elementos, resulta que ya están inflados por las nubes.

Quizás en algún tiempo esto disminuirá, pero por lo que leo, China no está teniendo el crecimiento que esperaban y eso se va a notar en todo el mundo. Si están teniendo problemas internos que les está impidiendo casi suministrarse a sí mismos, los que esperamos fuera vamos a tener que hacerlo mucho más tiempo.

Regresando a vuestros proyectos y a vuestra actividad en sí, sabemos la importancia que tiene para Suris la responsabilidad social corporativa. Muestra de ello es vuestro Sistema Integrado de Gestión, así como las certificaciones que lo avalan. ¿Qué nos podéis contar al respecto?

Nosotros el tema de la responsabilidad social corporativa lo llevamos haciendo hace muchos años, colaborando con muchas entidades de tipo benéfico y siempre abiertos a realizar acciones sociales.

De hecho, ahora mismo estamos creando una asociación para ayudar a profesionalizarse en nuestras actividades a hijos y familiares directos de trabajadores nuestros; todo al mismo tiempo que ofrecemos cualquier tipo de formación o ayuda a nuestros propios trabajadores que quieran seguir desarrollándose como profesionales, adquirir nuevas competencias o habilidades.

Por otro lado, estamos creando lo que llamamos medio en serio medio en broma, la Wikipedia Suris, con un apartado histórico, otro con experiencias que hemos tenido, y otro para informar al cliente, y al público en general, de todo lo que sale o cambia en torno a normativa, equipamiento, etc.

En este aspecto siempre hemos tenido presente que no todo es trabajar, hacer obras y ya está.

¿Cómo cree que esto favorece a vuestras relaciones con los clientes, los proveedores y la sociedad?

Lo que realmente favorece a una compañía es crear un clima en la empresa que siempre sea positivo para unos trabajadores que, creo que hoy en día, en muchos aspectos, aprecian cosas que van mucho más allá del salario. Cosas como que te preocupes de si tienen un problema personal, que les ayudes quizás anticipando unas mensualidades porque tienen un imprevisto financiero… y la puerta de la empresa siempre ha estado abierta en este aspecto

También es tremendamente importante que haya un buen ambiente de colaboración y camaradería. Para esto es vital que la empresa siempre tenga equipamientos como la cantina nueva con la que contamos nosotros, o nuestra nueva sala polivalente donde se pueden reunir o impartir cursillos de manera mucho más cómoda…

Por último, y quizás lo más importante, es ayudar a conciliar la vida familiar con la laboral. Algo que es mucho más difícil de conseguir, evidentemente, en las obras que en la oficina, pero en Suris intentamos que exista esta conciliación. Es una cuestión de diálogo y de tener la valentía, en muchas ocasiones, de comentar las cosas que como empleado o como empresa quieres que se mejoren.

En ese marco, también queremos destacar vuestra atención hacia los recursos humanos. Tanto es así, que siempre habéis mostrado un gran interés en la prevención de riesgos laborales. ¿Qué podéis contarnos sobre vuestro Plan de Prevención?

En ese aspecto tengo que decir que tenemos una persona, Albert García, dedicada en exclusivo a ello, y que el tema de la pandemia, por ejemplo, lo ha llevado extremadamente bien: anticipándose a cualquier eventualidad, siendo intuitivo, resolutivo, práctico…

Para finalizar, desde vuestra experiencia, ¿qué le espera al sector de las instalaciones en el futuro más próximo? ¿Podemos lanzar un mensaje de optimismo o estamos lejos de retomar el sendero de la recuperación?

Yo creo que el mensaje debe ser siempre de optimismo. La clave de este negocio es seguir teniendo buenos operarios, buenos encargados, y poder motivarles para que hagan bien este trabajo.

Nosotros, desde nuestra fundación vamos a muchos sitios a explicar lo bonito que es trabajar en una empresa instaladora. La cantidad de relaciones que estableces, el orgullo de decir que en un edificio has llevado a cabo todas sus instalaciones o, que has trabajado en una planta potabilizadora de agua que ha recibido el premio a la tecnología más avanzada. Eso es algo muy bonito y hay que dignificar el oficio.

Un oficio precioso y que ha dado un salto inmenso en los últimos años. España no tiene nada que envidiar a cualquier otro país del mundo. Nuestros operarios y empresas tienen una capacidad técnica y tecnológica brutal. Como me decía un amigo neerlandés: hemos pasado de la bicicleta al coche sin pasar por todos los pasos intermedios.

Por último, creo además que es un oficio al que le queda mucho recorrido.

Mientras que, en mi opinión, sectores como el de la construcción cada día estarán más automatizados, con edificios como hoteles, residencias, hospitales, etc., que cada vez necesitarán menos mano de obra humana para su realización; en lo que respecta a la instalación creo que siempre va a ser necesario un operario.

Javier Rodríguez
Javier Rodríguez
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