¿Sabías que hay textos de hace 5.000 años que ya hablan de «peces eléctricos?
En esta sección de iElektro conocida como «¿Sabías que…» no solo tratamos de sacar a la luz pequeñas curiosidades del mundo que rodea a la electricidad, sino que también tiene el objetivo de acercar un poco historia de la electricidad a nuestros lectores.
Aunque la electricidad se ha estado estudiado desde la antigüedad, su estudio científico no comenzaría hasta los siglos XVII y XVIII – sobre los que ya hemos realizado diferentes post en esta sección -, y no sería hasta finales del siglo XIX que ingenieros de la época lograsen aprovecharla para uso doméstico e industrial.
Y es que, pese a que en ocasiones pueda parecer un descubrimiento reciente, dado que los humanos apenas hace poco más de un siglo que logramos entender las leyes que controlan este fenómeno físico e inventar todos aquellos artefactos que permiten otorgarle un uso práctico, lo cierto es que llevamos milenios conociendo su existencia.
Muchos siglos antes de que existiera algún conocimiento sobre la electricidad, la humanidad ya tenía conocimiento de las descargas eléctricas producidas por peces eléctricos.
Quizás la primera referencia a este fenómeno son unos textos del Antiguo Egipto datados del 2750 a. C. en los que se menciona unos peces a los que describe como los protectores de los otros peces y a los que se nombra como «los tronadores del Nilo».
Posteriormente, los peces eléctricos también serían descritos por los romanos, griegos, árabes, naturalistas y físicos. Autores antiguos como Plinio el Viejo o Escribonio Largo, describieron el efecto adormecedor de las descargas eléctricas producidas por peces eléctricos y rayas eléctricas.
Pero su conocimiento sobre las descargas producidas por estos animales no quedaban ahí, sino que sabían que estas descargas podían transmitirse por materias conductoras; mientras que a los pacientes de enfermedades como la gota y el dolor de cabeza eran tratados con estos peces eléctricos con la esperanza de que la descarga pudiera curarlos.