¿Sabías que la primera acería data del Siglo III A.C.?
El hierro es uno de los diez elementos más abundantes del planeta hasta el punto que en la Tierra hay más hierro que oxígeno. Esto se debe, sobre todo, a que el núcleo y la corteza de nuestro planeta se componen principalmente de este elemento que los humanos llevamos utilizando desde hace milenios.
Presente en la corteza terrestre en forma de mineral de hierro, su acceso era realmente simple para los primeros seres humanos, aunque para sacar el máximo provecho de sus cualidades hace falta enriquecerlo y fundirlo para obtener de él un metal más puro.
Todo ello mediante un proceso de fundición de minerales del que tenemos registros de su empleo desde al menos el 3000 a. C., en restos descubiertos en Egipto, aunque hay vestigios de adornos anteriores. Es tal la importancia de este acontecimiento, que es él y no ningún otro, el que han empleado los historiadores para situar el fin de la Edad de Bronce y el comienzo de la Edad de Hierro.
Según los investigadores, la ya citada abundancia de yacimientos de mineral de hierro son la causa principal de la transición del bronce al hierro justo en un momento, el final de la Edad de Bronce, en la que los entonces conocidos yacimientos de estaño, imprescindibles para la producción de bronce, ya se habían agotado.
Usando el acero desde el Siglo III A.C.
Sin embargo, el descubrimiento del acero, o la aleación entre hierro y carbono en un porcentaje de este último elemento variable entre el 0,008% y 2.11% en masa de su composición, se haría esperar algo más.
En Europa, las crónicas de Quinto Horacio Flaco señalan que armas de acero como la falcata eran utilizadas en la península ibérica ya en el siglo I a. C., mientras que el acero nórico era empleado por las tropas romanas.
En Asia, su uso se remonta incluso un par de siglos más atrás, Así, en China hay vestigios de su uso durante la dinastía Han, donde se producía acero al derretir hierro forjado con hierro fundido, en torno al siglo I a. C. También es conocida la adopción de métodos de producción para la creación de acero wootz, un proceso surgido en India y en Sri Lanka desde aproximadamente el año 300 a. C. y exportado a China hacia el siglo V. Un método tan temprano como curioso en el que se utilizaba un horno de viento, soplado por los monzones.
También la India era famosa por sus primeras acerías. Las primeras alusiones al acero wootz, una aleación de acero cuyas propiedades físicas siguen despertando gran admiración entre los expertos, se remontan al siglo III a.C. De hecho, las míticas espadas de Damasco, cuyo secreto se ha perdido, se fabricaban con acero wootz indio. Así pues, India y China ocupan desde la antigüedad una posición privilegiada en el mercado mundial del acero. En los escritos de Plinio el Viejo están recogidos los datos sobre la producción de acero en China. El antiguo autor romano afirmaba que el Imperio Celeste era el principal productor de acero del mundo mucho antes de que los europeos empezaran a glorificar a Bessemer.