¿Sabías que la electricidad viaja a una velocidad de 300.000 km/s?
Desde el nacimiento de nuestra sección «¿Sabías que...» hemos tratado de acercarte toda la información tanto referente a la electricidad en sí, plagada de historias y anécdotas interesantes, como de aquellos sectores en los que juega un papel importante.
Sin embargo, tras más de un año hablando sobre ella, nos hemos dado cuenta que no hemos cubierto una de las parcelas de información más interesantes, ¿a qué velocidad viaja la electricidad?
Por todos es conocido que la luz viaja muy rápido, concretamente en torno a unos 299.792.458 metros por segundo, que se suelen redondear en 300.000 kilómetros por segundo. Pero si este dato está fuertemente marcado en el inconsciente colectivo de la sociedad, la verdad es que esta es una velocidad que solo se alcanza en unas condiciones muy particulares: a través del vacío.
Es decir, esta es la velocidad a la que viaja la luz en, por ejemplo, el espacio. Sin embargo, nuestro planeta está formado y repleto de materia, también el aire, por lo que es casi imposible que la luz o la electricidad jamás alcancen esta velocidad.
Y hablamos indistintamente de velocidad de la luz o de la electricidad, porque ambas están conformadas por el mismo elemento: los electrones. Así que, si queremos saber la velocidad a la que realmente viaja la electricidad en nuestro planeta, lo más normal es estudiar a la que lo hace en su medio común, los cables.
Y es aquí cuando llega la sorpresa. Porque la energía producida durante el desplazamiento de los electrones a través del cable es la que genera la electricidad, siendo esta menor a 1 milímetro por segundo. O lo que es lo mismo, los electrones se desplazan por los cables más lento de lo que avanza un caracol.
Entonces, ¿cómo es posible que nuestras bombillas y electrodomésticos se enciendan nada más apretar el interruptor o botones de encendido? Sobre todo teniendo en cuenta que los cables que nos rodean en nuestros hogares no son cortos, precisamente.
Esto se debe a una mal entendimiento de cómo funcionan los electrones. Para comprenderlo de una mejor manera, debemos proyectar en nuestras mentes la imagen de un pequeño tubo completamente lleno de canicas del mismo tamaño que su diámetro, ya que esta es, a grandes rasgos, la disposición de los electrones dentro del cable, en un tamaño casi infinitamente grande.
Así, si metiésemos una sola canica más por uno de los extremos del tubo, veríamos como, inmediatamente, otra canica saldría por el extremo opuesto. Pues este mismo es el comportamiento que tienen los electrones dentro del cable: hemos de dejar de pensar en una partícula que viaja a lo largo del cable, sino entender que al aparecer uno nuevo todos los demás se desplazan liberando el último, por lo que la velocidad de la corriente en su conjunto es similar a la velocidad de la luz.